Un vídeo educativo es
un medio didáctico que facilita el descubrimiento de conocimientos y la asimilación
de éstos. Además, puede ser motivador para el alumnado pues la imagen en
movimiento y el sonido pueden captar la atención de ellos.
Para crear un vídeo
educativo es necesario hacer una investigación previa y un esquema sobre lo que
pretendemos comunicar y cómo queremos hacerlo. Debemos plantearnos si el vídeo
llevará sonido ambiente o música de fondo y, por último, debemos controlar los
aspectos técnicos: cámara de grabación, resolución del vídeo, edición con
software apropiado y subida del vídeo a una web para que sea accesible con una
conexión de internet.
Fundamentación de la utilidad del vídeo como recurso
didáctico
Ante todo debemos
plantearnos, ¿porqué utilizar un vídeo?, y, ¿Para qué? Hemos de tomar
conciencia de que la puesta de un vídeo en el aula no ha de convertirse en el
recurso idóneo o entretenimiento de los días en los que la previsión
meteorológica es desfavorecida.
El uso del vídeo en
clase facilita la construcción de un conocimiento significativo dado que se
aprovecha el potencial comunicativo de las imágenes, los sonidos y las palabras
para transmitir una serie de experiencias que estimulen los sentidos y los
distintos estilos de aprendizaje en los alumnos. Esto permite concebir una
imagen más real de un concepto.
Por otro lado, la
imaginación vuela, los conceptos se reagrupan y se redefinen, y es entonces
cuando la presencia del maestro se reafirma, ya que es él quien determina cómo,
cuándo y para qué se debe utilizar, lo cual, le da sentido y valor educativo.
Es más que evidente
que la selección del vídeo no puede ser arbitraria, ha de guardar cierta
relación con el currículo, con aquellos contenidos que se estén abordando. Es
por ello, que el motivo de su utilización sea por ejemplo, despertar interés en
el alumnado por dicho tema, clarificación del mismo, ampliación de
conocimientos, etc.
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